miércoles, 21 de julio de 2010

En el campo de concentración de conejos:


El recinto para el engorde de conejos es como una ciudad sin ley. No hay ninguna reglamentación de cómo realizar la cría de conejos para el consumo. Por eso cientos de miles de conejos están esperando la muerte bajo condiciones terribles, grupos de cuatro o cinco jaulas pequeñísimas, a menudo incluso agrupadas en dos pisos. Es horrible cuando los excrementos de las jaulas de arriba caen sobre ellos y luego caen de sus jaulas a la cinta transportadora. El suelo de rejilla lastima sus patas, y cada salto originado por la desesperación termina contra la pared de la jaula.
A las conejas madres les va especialmente mal, con hasta 11 camadas al año de 8 a 10 crías cada una, son transformadas prácticamente en maquinas vivas para parir. Ellas permanecen con sus crías amontonadas en celdas individuales. Una y otra vez una de las madres pierde los nervios y en su desesperación mata a una de sus crías a mordiscos… muchos conejos están heridos, tienen mordidas las orejas o el rabo, son heridas difíciles de sanar, llenas de costras, y tienen que presenciar como durante el nacimiento muchos de los bebes caen a través de la rejilla, mueren y se pudren bajo sus patas.

3 comentarios:

  1. Hola,

    Añadí tu blog en el Directorio de Blogs Veganos.

    Muchas gracias escribir por quienes no tienen voz.

    Saludos,
    David.

    ResponderEliminar
  2. Y cuando ves sus cadáveres acumulados en las carnicerías me recuerdan a las montañas de cuerpos de los campos de concentración. No lo puedo evitar.

    ResponderEliminar
  3. Empese a ser vegetariana hace una semana. Ya me dijieron que estaba loca, que no se puede vivir sin carne y no es asesinato comerse a un animal.
    Te quiero agradecer, por que este tipo de sitios me dan fuerza para oponerme a comer animales, para informarme y para no dejar de estar segura de que lo que estoy haciendo es lo que yo considero justo.
    Gracias

    ResponderEliminar